Un ejemplo de viaje Meridiano (en construcción)
Knivsjelodden, el último camino de Europa

2004, año en que nace la gran Europa, año en el que las fronteras desaparecen en miles de kilómetros. En este 2004, un día cualquiera de verano te levantas en tu casa del Bierzo con ganas de viajar y de conocer esta Europa que llega hasta las fronteras rusas; con ganas de entender las 25 formas de vivir este continente tan complejo y nacionalizado. ¡Qué mejor experiencia que atravesarlo hasta que el océano Ártico te impida seguir rodando!

Sólo necesitábamos una meta, un pretexto en el horizonte. Nuestra Itaca será el lejano Norte. Como expresaba Cavafis en su bello poema: “Cuando salgas a hacer el viaje hacia Itaca, haz que el camino sea muy largo, lleno de aventuras, lleno de descubrimientos”.

Además del más largo, uno de los viajes más interesantes que pueden realizarse en Europa es el viaje al Cabo Norte. El Cabo Norte (Nordkapp en noruego) es, por definición, el punto más al norte de Europa. Si nos fijamos en el mapa, vemos la península formada por Noruega, Suecia, y Finlandia. Encima de todo hay una esquinita de tierra, la última piedrecita, antes de llegar al mar. Y después, nada.

El Cabo Norte es un lugar fascinante, situado en una isla (Mageröya), localizada 30 paralelos por encima de nuestras cabezas bercianas. Este lugar mítico pensábamos que sería nuestro final, nuestra última frontera. ¿Realmente Europa acaba en el Cabo Norte?

“Que sean muchas, las albas de verano. Es preferible que dure muchos años, y que fondees, viejo, en la isla, rico con lo que habrás ganado en el camino, sin esperar ningún bien que Itaca te de. Otra vez Cavafis enseñándonos a caminar. Lento, rodando país a país hasta llegar al de los sueños. Desgraciadamente el camino de ida hasta el gran norte nos llevó sólo 25 días.

El continente cambia gradualmente, su vegetación, sus gentes. Pasamos países sin frontera, exóticos vecinos europeos hasta llegar al punto que nos introducía en el mundo del fin, el Círculo Polar Ártico. Esta línea imaginaria es uno de los cinco paralelos principales terrestres. Se trata del paralelo de latitud 66° 33' Norte. El espacio al norte del Círculo Polar Ártico se denomina Ártico y la región al sur de este círculo se denomina Zona Templada Norte.

El Círculo Polar Ártico delimita el extremo sur del día solar del solsticio de verano y la noche solar del solsticio de invierno. En el círculo ártico el Sol está por encima del horizonte durante 24 horas el día del solsticio de verano. Durante el solsticio de invierno el Sol está por debajo del horizonte durante 24 horas.El nombre ‘ártico’ viene de la palabra griega αρκτος, lo que significa oso, y es una referencia a las constelaciones Osa Mayor y Osa Menor, las que se encuentran muy cerca de la estrella polar (la que es parte de la Osa Menor).La luz ha cambiado, la tierra ha cambiado cuando pasamos la frontera del Círculo Polar. Las noches y los días pierden su significado y se convierten en una expresión intensa de vida y de muerte. Algunas noches son largas, continuas, casi perennes,…son noches finales. El sol de medianoche es un fenómeno que ocurre en las zonas más septentrionales del Polo Norte. Es observado cuando un sol radiante toca el horizonte, y sigue alumbrando todo el día e incluso en la noche.

Los solsticios marcan la inflexión entre los grandes días del verano en el que el sol se niega a ponerse, el sol de media noche no abandona. Estas noches incandescentes son bellas, extrañas y sugerentes. El atardecer es inagotable, su ritmo ralentizado nos muestra una singular relación sentimental entre el sol, que no acaba de desaparecer, y una luna que no termina de dominar. Las estrellas ocultas son sutiles puntos de luz atenuados. La noche no tiene sentido, ya no es momento de descanso de cerrar ojos. La belleza es total y el cielo se orfebriza con joyas brillantes. El tiempo se convierte en estas latitudes en un inmenso reloj de arena que nunca acaba. ¡Realmente es un experimento astronómico este juego entre el sol y la luna!

La tierra no se mueve en el ártico, por una extraña razón esa velocidad de rotación de 1600 km/h se paraliza. La tierra se postra mirando al sol para cargarse de energía hasta el subsuelo, la etimología nos da la razón. Solsticio: del latín solstitiu, que significa pararse.

Nuestro viaje es de luz, pero no cuesta imaginar su inverso. En el solsticio de invierno es la noche la que marca el día, es la gran noche polar sólo aclarada por las impresionantes auroras boreales. Una aurora boreal se produce cuando una eyección de masa solar choca con los polos norte y sur de la magnetosfera terrestre, produciendo una luz difusa pero predominante proyectada en la ionosfera terrestre, compuesta de partículas protónicas que difunden el color. Nos conformamos con la claridad del verano y su transformación en calor. Observamos en los libros la belleza de esas noches con aurora. ¡Otra vez será!

¿Realmente Europa acaba en el Cabo Norte? Pues afortunadamente no, el viaje continuaría hasta otro punto más lejano. Europa no acaba en el Nordkapp cuya latitud es sólo 71º 10´ 21´´ las mentiras geográficas de los tour-operadores turísticos decidieron montar un gran parque temático de acceso restringido en un lugar más accesible y más resguardado de las duras condiciones climáticas que el verdadero final. En realidad, el punto más al norte del continente es el del cercano cabo de Knivsjelodden, situado a la latitud 71º 11’ 08”. Ambos puntos se hallan en la isla de Mageroya, que desde hace algunos años está unida a tierra firme a través de un túnel de 6,8 kilómetros de longitud construido a 212 metros bajo el nivel del mar. Pues sí, antes de llegar a este final hay que sumergirse en un largo túnel subacuático que hace que la emoción de viajar se tiña de vértigo y claustrofobia. ¡Pero esto no es todo! en el acantilado donde hipotéticamente termina el continente se ha construido un centro turístico, Nordkapphallen, muy discutido y en verano el tránsito de gentes resta bastante encanto a este lugar mítico. Es la meta de miles de viajeros y esto se está haciendo notar.

Desgraciadamente pertenecemos a la generación del postexotismo. ¿Queda algo donde alguien no haya pisado? Mejor, ¿queda algo que no se venda como destino turístico? Afortunadamente Cavafis nos enseño a rodar lentos, a parar, a retrasarnos en el instante, a saborear momentos. Llegamos tarde, mediados de agosto, y esto significa que prácticamente sólo estábamos nosotros y nuestro coche (el mismo que salió de Labaniego mucho tiempo atrás).

¡Nunca llegamos al mítico Nordkapp!. El camino se hace en el camino, las Itacas pueden alargarse, modificarse y frente a una taquilla en el parque de atracciones Nordkapphallen decidimos no entrar en este falso final.

El cambio de ruta nos lleva a uno de los caminos más bellos y emocionantes del continente, la senda del Knivsjelodden: el último camino de Europa. A este final sólo se puede llegar andando. Allí, en el paralelo 71º 11´ 08´´ acaba el viejo continente. La expresiva tundra, la compañía exclusiva de los renos, la amenaza de una niebla inmensa y la deshumanización del entorno hacen de este camino de 20 km una intensa experiencia.

El camino es una expresión del paisaje ártico. El frío y las escasas precipitaciones, generalmente con 250 mm de media durante el año y en gran parte en forma de nieve, han determinado una vegetación singular. Arbustos de hoja perenne enanos, pertenecientes la mayoría a la familia de los brezos, además de musgos, juncos y líquenes. Estas comunidades árticas sólo se desarrollan en una estrecha franja en el norte de Noruega y a los largo de las cadenas montañosas de Escandinavia.

Caminamos por una desolada tundra, salvando desniveles y las rocas de los inmensos acantilados hasta llegar a tocar el final del continente.

El Cabo Norte, la Itaca a la que no llegamos, nos dió un bello viaje, o como diría Cavafis en aquellas profundas palabras:

“Itaca te ha dado el bello viaje.

Sin ella, no lo habrías emprendido.

Nada más hay que te pueda ya dar.

Y no te habrá estafado nada, si te parece pobre.

Sabio como te has vuelto, con tanto mundo,

ya habrás comprendido qué querían decir las Itacas”.